Botando por su boca cientos de corazones destrozados,
Caídos sobre la tierra yerma de este campo en primavera,
Vi como venías montada sobre tus muslos de loba,
Lamiendo mis pensamientos y violentándome.
(La noche se tiñó de navajas, me envolvió con su aroma de cuchillas, hímenes y labios dilatados)
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