19 diciembre 2008

Pinté huracanes y gorriones ensangrentados,
Botando por su boca cientos de corazones destrozados,
Caídos sobre la tierra yerma de este campo en primavera,
Vi como venías montada sobre tus muslos de loba,
Lamiendo mis pensamientos y violentándome.

(La noche se tiñó de navajas, me envolvió con su aroma de cuchillas, hímenes y labios dilatados)

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