Me hubiese gustado ser de algún lugar, siempre esperé tener los 20 para establecerme, ya veo que siempre seré un puto errante. Sin amigos y sin casa, sin nada conocido, pero con todo el peso de la historia sobre mi cabeza.
Esa mañana de sol amanecí con tremenda caña junto al Vitoco y la Daniela. Ella me daba húmedos besos mientras el se la punteaba dulcemente, era primavera.
1 comentario:
el peso de la historia es la genética.
Publicar un comentario